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Todos tenemos un pasado oscuro del que no queremos hablar, un mal corte de cabello, una etapa metal o emo, o simplemente una persona con la que salíamos.
Aunque he notado que una de las cosas del enigmático pasado de uno que deberían permanecer en secreto, por lo menos en la primera cita, son los exes. Es bueno saber a qué nos enfrentamos y creo que por eso tendemos a hacer un pequeño research de la persona con la que estamos saliendo, pero cuando él (o ella) mismo nos menciona al ex de la nada es cuando nuestra espalda se eriza y nos ponemos algo incómodos, por lo menos a mí me pasa.


Yo creo que esto se debe a nuestro pequeño instinto de estar siempre en constante competencia y se podría decir que ese ex es el que nos ha dejado la barra y depende de nosotros si podemos alcanzarla, y aun mejor superarla para de alguna manera sentir que fuimos mejores que EL EX, pero esto siempre sucede cuando la relación se terminó en buenos términos y quedaron como buenos amigos, y no de esos que se saludan super awkward sólo por educación.

Cuando lidiamos con un ex que es el Voldemort de nuestro actual galán o princesa, ya es otra cosa, creo que simplemente hay un sentimiendo de alivio porque estamos logrando algo que ellos no pudieron al final: tener una relación civilizada. Por mas tonto que pueda sonar, creo que varios se sienten así cuando les sucede esto.

A veces pasa, y me ha pasado, que estando en plena conversación sale el tema del pasado oscuro y mencionan al ex, pero podemos notar algo (de lo que hablaré en otro post, I promise) que es como ese brillito en los ojos, yo creo que eso puede ser clara señal de que nuestro querido o querida todavía no está totalmente over it y nosotros somos el rebound, ahí o te pones las pilas porque claramente tienes la barra muy alta o simplemente das un paso al lado. En lo personal pienso que cuando una persona es algo más complicada de estar en una relación, es porque lo vale. Es algo que definitivamente aprendí de mi último galán (todo por la barba jaja)

Al final, yo creo que siempre es bueno conocer el pasado de alguien, nos ayuda a prepararnos para lo que viene y cómo lidiar con ciertos temas, tal vez curar un corazón o derrumbar un par de muros. El pasado es algo preciado que hay que saber cómo utilizar a nuestro favor, bonito para visitar, pero nunca para quedarnos en él.